El incendio estructural seguido por la explosión del depósito, propiedad de la empresa Ingeniería Guerra, ocurrió un 13 de Marzo del 2000, en la calle Vito Dumas, donde se almacenaba de manera irregular trotyl y gelamón. Este evento causó conmoción entre la población, ya que el galpón se encontraba adyacente a un depósito de garrafas y tubos de gas, en el corazón de los barrios La Cantera y San Vicente de Paul, a solo 4 km del centro de la ciudad.
 
La primera víctima de esta tragedia fue el bombero Diego Sánchez, de tan solo 20 años, quien lamentablemente falleció horas después en el Hospital Regional de Ushuaia, según confirmó el director, Jorge Viola.
 
Otros bomberos, como Carlos Alberto Molina y Daniel García, resultaron gravemente heridos, con lesiones que pusieron en riesgo sus vidas. Incluso Jara Isaías, de los Bomberos Voluntarios de Ushuaia, tuvo que ser derivado a Buenos Aires debido a la gravedad de sus lesiones.
 
Esta catástrofe, marcada por la negligencia y la corrupción, dejó un legado doloroso. Aunque el tiempo pase, nunca olvidaremos el sacrificio de aquellos que perdieron sus vidas y el sufrimiento de quienes resultaron heridos.
 
Hoy, más que nunca, es importante recordar y honrar a nuestros bomberos en vida, valorando su dedicación y altruismo en beneficio de la comunidad. Descansa en paz, Diego Sánchez. Siempre te recordaremos.
 
Seguiremos recordando ese día negro que resistieron los bomberos de la ciudad y en especial a los Bomberos Voluntarios Zona Norte, por la muerte de un integrante.
 
Es fundamental cuidar y reconocer a los bomberos en vida, por su labor desinteresada y llena de altruismo por su comunidad, donde viven, crecen y, lamentablemente, algunos también mueren.
 
Descansa en paz, Diego Sánchez.