El día 25 de Febrero, nos dejó una verdadera leyenda de los Bomberos Voluntarios. Salvador fue un pilar fundamental en nuestra institución, destacándose por su historia, trayectoria y liderazgo. Supo ocupar lugares memorables dentro de nuestra organización, desempeñándose como Jefe de Cuerpo y presidente de la Honorable Comisión Directiva, además de ser reconocido como ciudadano destacado por la municipalidad de Ushuaia, entre otras distinciones.
 
Con su partida, Salvador deja un vacío imposible de llenar. Su legado está marcado por invaluables valores como la sabiduría, la pasión, el compañerismo y la dedicación, siendo un verdadero servidor público por naturaleza.
 
Ingresó a las filas del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Ushuaia en 1975, alcanzando su primer ascenso como Bombero Voluntario. A lo largo de los años, su dedicación fue constante, enfrentando épocas difíciles y de crecimiento institucional. En 2004, pasó al Cuerpo de Reserva, donde cumplía el rol de Jefe de Cuerpo. Durante décadas en la línea de acción, siguió acompañando en la toma de decisiones de la Honorable Comisión Directiva, donde también fue Presidente. Su integridad, determinación y convicción lo convirtieron en un ser admirable, repleto de sabiduría y anécdotas.
 
Hoy, Salvador nos deja un legado invaluable. Su presencia será recordada como el ejemplo de trabajo constante, motivación y liderazgo. Su legado perdurará como la esencia misma de las buenas acciones y la honradez en las próximas generaciones.
 
Hasta pronto, Salvador. Que descanses en paz.