La dedicación de Ona a su trabajo a lo largo de los años, participando en rescate y asistiendo en entrenamientos, refleja su extraordinario carácter y habilidades. Como buen labrador, su amor por el agua y su capacidad para trabajar en condiciones difíciles la convirtieron en una integrante invaluable del equipo de rescate.
Su convivencia en los últimos años con el Comandante Mayor Canseco Hugo, evidencia un vínculo especial, lleno de cuidado y afecto mutuo. El Comandante Mayor Canseco, no solo le brindó un hogar, sino también amor y compasión, asegurando que Ona viviera sus últimos años con dignidad y confort, a pesar de su enfermedad que eventualmente la retiró de sus funciones.
La contribución de Ona a la comunidad y su presencia carismática y social, que alegró a muchos en sus presentaciones, dejarán una huella imborrable. Su historia es un recordatorio de la invaluable contribución de los animales en roles de servicio y de cómo enriquecen nuestras vidas.
 
Hoy, luego de 16 años Ona se despide, es un momento para recordar su espíritu inquebrantable y agradecer su servicio incondicional. Su memoria perdurará en el corazón de aquellos que tuvieron la suerte de conocerla y trabajar con ella. Gracias, Ona, por tu dedicación y amor incondicionales. Tu legado seguirá inspirando y tocando corazones mucho tiempo después de tu partida.